Ya he contado que llevo muchísimo tiempo con un bloqueo creativo bastante profundo. Literalemente hace años que no me pongo a escribir o a imaginar nuevos mundos, a experimentar con nuevas ideas o soñar despierto. De ello que en mis propositos de año nuevo haya el leer al menos como mínimo dos libros al més. Quiero, necesito recueprar esa capacidad que yo tenía, tengo que volver a ser quien era.
Así que, me puse a ello. Cojí la tablet y empecé a buscar y curiosear respecto las nuevas novedades editoriales. No soy muy fan de leer en soporte electrónico, pero no podemos negar que es una forma rápida de obtener libros y poder leerlos cuando los necesitmos con urgencia. Esto era una urgencia.
Estuve una hora más o menos buscando por internet. Necesitaba algo rápido, no muy denso y que me relajara. Entonces buscaría algo de literatura juvenil, a poder ser del género romántico. Mi cabeza necesitaba algo rápido, que pudiera consumir sin darle muchas vueltas.
No funcionó. Me ponía leer, però sentía que lo hacía más por una obligación que no por gusto. Me estaba forzando a leer, por qué me lo había propuesto como meta u objetivo. No por que me saliera de mí. Volvíamos a la casilla de salida. Necesitaba algo que me relajara, pero algo de leer, algo que me fuera ligero, simple, que pudiera leer sin perder el hilo. Así que me fui a mis orígenes.
Se ha hablado siempre mucho de la saga Harry Potter y su impacto que tuvo en los hábitos lectores de las nuevas generaciones. Han corrido rios de tinta intentando explicar el fenómeno y tal. Creo que ya sabemos todos de lo que estamos hablando. El hecho es que yo he crecido con Harry Potter. En mi casa quién se leía los libros era mi madre (era MUY fan) y después nos contaba las historias. Cuando llegaron las adaptaciones cinematográficas, el hecho de ir al cine se conviertió casi en una tradición. Cada año que salía la nueva película, ibamos todos en familia, mis padres, mis hermanos y yo.
A pesar de que en casa se respiraba un ambiente potterhead muy fuerte, nunca me leí los libros. Mi madre nos explciaba a mi y a mis hermanos las historias y llegado el momento, íbamos al cine a ver las adaptaciones, era un ciclo. No me sentía llamado por ellas.
Un día se fue la luz de casa. Pasó una hora y seguía sin volver. Yo estaba en el ordenador, así que cuando se fue la luz, todo entretenimiento en soporte electrónico no me funcionaba. Por aquel entonces estávamos en 2009 y acababa de estrenarse Harry Potter y el misterio del príncipe. Ya en 2007 se cerró la saga con la publicación de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Tenía curiosidad cómo se había gestado todo, es decir, como se había desarrollado la historia. Así que me fui a la biblioteca de casa y me empecé a leer Harry Potter y la piedra folosofal. Empecé y lo devoré esa misma tarde. En un interválo de una semana me había leído los tres primeros, hasta Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Sin embargo, por X motivos lo dejé ahí. Entre el instituto y que llegó el día que fuimos a ver la de Harry Potter y el misterio del príncipe, me olvidé completamente de seguir la saga.
Ahora, unos cuántos años depues (por no decir muchos), creo que es conveniente recuperar recuperar el hilo y acabar lo que empecé. De momento, me he leído ya los tres primeros y voy por la mitad del cuarto.
La verdad está siendo como una terapia. La prosa, el relato, es tan ligero y a la vez atrapante que no me distraigo para nada. Ayer por ejemplo, me quedé hasta las 3h de la madrugada leyendo. La sensación de no poder dejar un libro a medias, sentir como te atrapa, caer en sus brazos, es maravillosa.
Espero de verdad, que esto sea el inicio de mi recuperación de este bloqueo lector y creativo que, tristemente, llevo arrastrando años.
Esperemos que funcione.
Así que, me puse a ello. Cojí la tablet y empecé a buscar y curiosear respecto las nuevas novedades editoriales. No soy muy fan de leer en soporte electrónico, pero no podemos negar que es una forma rápida de obtener libros y poder leerlos cuando los necesitmos con urgencia. Esto era una urgencia.
Estuve una hora más o menos buscando por internet. Necesitaba algo rápido, no muy denso y que me relajara. Entonces buscaría algo de literatura juvenil, a poder ser del género romántico. Mi cabeza necesitaba algo rápido, que pudiera consumir sin darle muchas vueltas.
No funcionó. Me ponía leer, però sentía que lo hacía más por una obligación que no por gusto. Me estaba forzando a leer, por qué me lo había propuesto como meta u objetivo. No por que me saliera de mí. Volvíamos a la casilla de salida. Necesitaba algo que me relajara, pero algo de leer, algo que me fuera ligero, simple, que pudiera leer sin perder el hilo. Así que me fui a mis orígenes.
Se ha hablado siempre mucho de la saga Harry Potter y su impacto que tuvo en los hábitos lectores de las nuevas generaciones. Han corrido rios de tinta intentando explicar el fenómeno y tal. Creo que ya sabemos todos de lo que estamos hablando. El hecho es que yo he crecido con Harry Potter. En mi casa quién se leía los libros era mi madre (era MUY fan) y después nos contaba las historias. Cuando llegaron las adaptaciones cinematográficas, el hecho de ir al cine se conviertió casi en una tradición. Cada año que salía la nueva película, ibamos todos en familia, mis padres, mis hermanos y yo.
A pesar de que en casa se respiraba un ambiente potterhead muy fuerte, nunca me leí los libros. Mi madre nos explciaba a mi y a mis hermanos las historias y llegado el momento, íbamos al cine a ver las adaptaciones, era un ciclo. No me sentía llamado por ellas.
Un día se fue la luz de casa. Pasó una hora y seguía sin volver. Yo estaba en el ordenador, así que cuando se fue la luz, todo entretenimiento en soporte electrónico no me funcionaba. Por aquel entonces estávamos en 2009 y acababa de estrenarse Harry Potter y el misterio del príncipe. Ya en 2007 se cerró la saga con la publicación de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Tenía curiosidad cómo se había gestado todo, es decir, como se había desarrollado la historia. Así que me fui a la biblioteca de casa y me empecé a leer Harry Potter y la piedra folosofal. Empecé y lo devoré esa misma tarde. En un interválo de una semana me había leído los tres primeros, hasta Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Sin embargo, por X motivos lo dejé ahí. Entre el instituto y que llegó el día que fuimos a ver la de Harry Potter y el misterio del príncipe, me olvidé completamente de seguir la saga.
Ahora, unos cuántos años depues (por no decir muchos), creo que es conveniente recuperar recuperar el hilo y acabar lo que empecé. De momento, me he leído ya los tres primeros y voy por la mitad del cuarto.
La verdad está siendo como una terapia. La prosa, el relato, es tan ligero y a la vez atrapante que no me distraigo para nada. Ayer por ejemplo, me quedé hasta las 3h de la madrugada leyendo. La sensación de no poder dejar un libro a medias, sentir como te atrapa, caer en sus brazos, es maravillosa.
Espero de verdad, que esto sea el inicio de mi recuperación de este bloqueo lector y creativo que, tristemente, llevo arrastrando años.
Esperemos que funcione.
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